Cuento de hadas*

Desde su ventana, la princesa vio llegar a su príncipe azul a lomos de un hermoso caballo. ¡Qué emoción, por fin iba a ser rescatada! “Aquí estoy, píncipe mío” dijo con un tono de voz indefenso y enamorado. El príncipe no respondió, tan solo emitió un sonido con la garganta y dejó escapar un hilo de baba que se deslizó por la barbilla, con la mirada fija en ninguna parte. Luego eructó y rompió a llorar. El caballo le dijo entonces a la princesa: “Tu hermanito tiene hambre, lo llevo con mamá para que le dé tetica”. No sin cierta desilusión, la princesa respondió: “Bueno, papá, ahoya tú haces de píncipe”.

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*A mis princesas y mi recién llegado príncipe

10 comentarios:

Peque dijo...

De lo más tierno de tu repertorio. Aprobado sobresaliente

Anónimo dijo...

Que bello buchi.... es muy tierno y es identico a mis princess y mi principe azul... eblin

José Antonio Salgado dijo...

Bueno, francamente bueno.

Roberto dijo...

Gracias, Peco, gracias, cuñis, gracias, José Antonio :-)

Gracias por pasarse y dejar sus impresiones.

El conocimiento es un amigo mortal dijo...

Oración por la belleza y la inocencia de un cuento. No encuentro mejores palabras para definirlo.

Un fuerte abrazo, Roberto.

montse dijo...

Espero que ninguna princesa se sienta destronada, porque la escena es nítida.

Puck dijo...

Esa última frase es para comérsela, a la niña, claro, no las palabras. Muy tierno.
Saludillos

Roberto dijo...

Gracias, amigo conocimiento, hermosa definición. Un abrazo para ti también.

Tranqui, Montse, aquí todas las princesas y príncipes tienen sus tronos asegurados de por vida :-)

Jejeje, así es, Puck, las princesas están más apetitosas que las palabras :-)

Gracias a todos, como siempre, un placer recibir sus visitas.

Gala dijo...

que preciosa visión, que divino paralelismo del juego con tus hijos...
Pobre tu niña... como le regalas un principito tan pequeño??

Es mejor que papi haga de principe, ciertamente la niña ya adora al principe-papá...

Me encantó la ternura de la situación.

Un beso.

Roberto dijo...

Gracias, Galita.
El problema es que sólo sé hacer príncipes pequeñitos. Pero tranquila, que crecerá :-)
Besos para ti, guapa.