Solución

Vivió varios meses atormentada por el duendecillo que cada noche se colaba en su habitación y le pintaba algunas canas nuevas mientras dormía. Hasta el día que le regalaron un gato por su cumpleaños: la mañana siguiente a su llegada el minino amaneció relamiéndose los bigotes manchados de pintura blanca.

Palabras inútiles

Juan no tenía ningún discurso preparado el día que fue a declararle su amor a Rosita. No hacía falta: simplemente dejaría que las palabras salieran de su corazón.
Pero llegado el momento no encontró qué decir. No había palabras para expresar lo que ella significaba para él, ni términos para definir lo que sentía estando a su lado, ni frases que explicaran lo que estaba dispuesto a hacer por ella.
Así pues, no le quedó más remedio que demostrárselo con hechos los cincuenta años que vinieron después de que Rosita respondiera a su silencio con un “sí”.

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Este microrrelato fue uno de los dos que envié, sin éxito, al concurso de la Fundación César Egido Serrano.

Escape

Tu control no me deja alternativa. Desde el inicio yo quise entrar, avanzar página e insertar, pero decidiste interrumpir, bloquear desplazamiento y bloquear números. Forzaste una pausa y me hiciste retroceder página; te gustaba suprimir mi alternativa gráfica y verme en retroceso. Con flechas mayúsculas destrozaste mis funciones. Por eso he decidido imprimir pantalla entre tú y yo, interponer la barra espaciadora para poner fin a esto y tirarme al escape por una de las ventanas.