Pizza

Armaron la pizza entre caricias. Ella le abrazaba tiernamente por la espalda mientras él estiraba la masa. Luego, él le respondió de igual manera cuando ella extendía la salsa, añadiendo besos en el cuello y haciéndola estremecer. Colocaron juntos el resto de los ingredientes entre miradas y roces cargados de deseo. Cuando la última oliva estuvo en su sitio se fundieron en un ardiente beso y allí mismo se dejaron llevar por la pasión, olvidándose de meter la pizza en el horno. Juntos volaron y visitaron lugares maravillosos sin salir de la cocina.

Un rato después los amantes, satisfechos y hambrientos, no se sorprendieron demasiado al encontrar una pizza humeante y perfectamente horneada sobre la encimera de la cocina.