Aquel hombre no veía los emoticones. Lo que para todo el mundo eran caritas sonrientes, tristes o enojadas, para él eran signos de puntuación sin sentido. Esto resultaba extraño a todo el mundo, ya que este tipo de ceguera se puede entender cuando hablamos de estereogramas, por ejemplo, cuya correcta percepción requiere cierta técnica y mejora con la práctica. Pero ¿ceguera de emoticones? ¡Por favor!
Sin embargo, para adaptarse a estos tiempos de SMS, emails, twitters y facebooks, el hombre aprendió a expresar exactamente su estado de ánimo valiéndose sólo de palabras escritas.
Con el tiempo se convirtió en un gran poeta.
4 comentarios:
Definitivamente era "celente" el escrito. Saludos
Yo estaba "tremadamente" agradecido por el comentario.
Triste, se nos estaran acabando las palabras?
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